Hasta ahora, hablar de los británicos Hot Chip implicaba pensar en hits bailables del gramaje de “Over and Over” o “Ready for the Floor”, por ejemplo, o en su amplio catálogo de remezclas realizadas para una más que variada lista de artistas (más y menos indies), o recordar sus directos y su divertida cadencia rítmica. Pero este año, además, Hot Chip añade a la lista su cuarto álbum, “One Life Stand”, en el cual abrazan sin pudor el synthpop con momentos cercanos al neoromanticismo.
El disco anticipa su sonido desde el primer corte, “Thieves in the night”, con una introducción a base de notas de sintetizador casi espaciales que, en breve, son acompañadas por una secuéncia rítmica de clara inspiración ochenta, cuya faceta neoromántica resalta gracias a la la ensoñadora voz de Alexis Taylor. En el siguiente corte, “Hand me down your love”, el protagonismo se cede a las insistentes notas de piano y al vocoder tras los coros. El sonido del órgano con prismas protohouse reluce en “I feel better”, mientras que el ritmo sincopado de “One life stand” la ha convertido en el primer maxi del disco, y ya disfruta de la remezcla de Carl Craig. La faceta en formato baladas las asumen “Brothers”, “Keep Quiet” y “Slush” aunque sólo gracias al aterciopelado pop electrónico de “Alley Cats” y al robotizado “We have love”, consiguen salir del sopor. El final del disco lo asume, “Take it in”, tema que se presume como la próxima base de futuras remezclas y a partir del cual se presentó este nuevo disco.
En definitiva, “One Life Stand” no es el álbum que nos reinventa ni en estilo ni en gracia a Hot Chip, más bien confirma su afinidad por la esencia ochenta’s, aunque contemplada desde un punto de vista más sensible o sentimental, por esta vez.
_Publicado por Alfonso