
La fantástica voz de la japonesa-americana Yukimi Nagano recorre e invade con su delicada entonación los diez cortes del disco. Como en el "Thunder Love", con tempos lentos y sonidos rítmicos muy peculiares que crean una inquietante atmósfera a lo Fever Ray, todo ello sin guitarras y con teclados prácticamente naïve, oscilando las canciones entre atmósferas minimalistas que se vuelven complejas por su simplicidad y por prescindir de muchos de los efectos de estudio como ocurre también en "Come Home" o "Fortune". Es como si Little Dragon estuvieran tocando aquí al lado en el salón de casa. Por esa directa simplicidad que se nos antoja compleja (o diferente al menos) te enamoras de las canciones lentamente como si un virus te hubiera contagiado silenciosamente. Es el caso de la delicada y melódica "Never Never" donde la voz de Yukimi nos recuerda a la mismissima Lykke Li. Sin olvidar la cara mas bailable y menos intimista del género como demuestra la esplendida "Blinking Pigs". Toda una exquisita y delicada nueva promesa sueca entre la electrónica y el minimalismo Pop. A degustarla...
